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viernes, 29 de julio de 2011

Tu mundo se reduce a lo que vos jugas.

Bueno a ver, hace un par de días pasaron los testigos de jehová por mi casa. Cuando escuché el timbre le dije a mi mamá que abriera porque yo no tenía ganas de moverme, ella me dijo -abrí- con ese tono que tienen las madres, me dijo que les diga que nose que, no escuché. Salí, y la mina me empezó a hablar de Dios, y del espíritu santo, me preguntó: - ¿Cómo te llamas? Yo dije: - Antú. Me dijo: - Antú, ¿vos crees en Dios?. En ese instante mi mente se quedó en blanco, me puse a repasar esas dos semanas que cambiaron mi vida, que dejaron un hueco en mi, me acordé del amigo que "Dios" me quitó. 
Así que respondí, no, no creo en Dios, la señora me preguntó por qué. Y en vez de contarle la agónica historia de mi vida, le dije sencillamente porque no. A saben que no me dijo! Me dijo: - sos de mente cerrada Antú. Respiré hondo, conté hasta once, por si con diez no alcanzaba, y a pesar de la bronca naciente en la garganta, me contuve de decirle cosas, ya que la pobre señora no tenía idea de la agónica historia de mi vida, ella sólo estaba haciendo su trabajo, sólo se estaba ganando la vida.
En fin, me empezó a contar que Dios nos va a salvar, y que va a llegar un día en el que el mundo se quede sin salvación y Dios va a resucitar y nos va a salvar a todos. Nose ustedes, pero a mi me parece re flashero. Bueno,  en un momento determinado de la conversación la señora me preguntó: - ¿Se murió alguna vez alguien muy cercano a vos?. Pensé en mis bisabuelos maternos, mis bisabuelos paternos, mis tíos, algunas de mis tías, hasta primos, pero después me di cuenta que esas personas no eran cercanas a mi, sólo ahí me acordé de él. Aunque tuve que reconsiderar mi respuesta varias veces, opté por un simple y seco SI, sin acotaciones. La señora sacó del portafolios que tenía contra el pecho un folleto que en negro decía ¿Por qué morimos? y me lo dió, sinceramente me asombré, ya que las pocas veces que fui a una iglesia (que nose iglesia de qué era exactamente), nunca vi un folleto con un título parecido a éste. La conversación entre la señora religiosa y yo duró un par de minutos más, hasta que finalmente nos despedimos, entré a mi casa y vi la cara de mi mamá sonriente, me dijo: - No sabés lo bien que le hiciste a esa señora. Y pensé, bueno la señora se tomó el trabajo de venir, no podía mandarla a la mierda. Me puse a leer el folleto que me dió, tenía como cuatro páginas hablando de que el alma viajaba al cielo cuando uno moría y después se "reincorporaba" en un cuerpo nuevo y volvía a la tierra. Muy tranquila me leí esas cuatro páginas esperando encontrar algo interesante, hasta que llegué a una del catolicismo creo que era, que decía que no tenemos alma. BUENO AVER, VAMOS A PONERNOS DE ACUERDO, tenemos alma o no tenemos alma? Nose, me confundieron más de lo que estaba, me enojé, se me fueron las ganas de escribir. Los amo, chau.

2 comentarios:

  1. Wow, la verdad que esta entrada me impresionó mucho. Un beso Antú, suerte ♥

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  2. Jajaja gracias Manu, otro para vos! Igualmente.

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