Estoy cansada, agotada, exhausta. Me domina el deseo de mirarlo a los ojos otra vez, me maneja. Vivo pendiente de sus actividades, ve tú a saber si el hace lo mismo, no lo creo, no lo espero, me sorprendería si alguien me dijera que es así. Que alguien tan seco esté pendiente de mi. No puedo manejarlo, no aguanto. Lo peor es que sé que puedo vivir sin él, qué hago escribiendo sino? Necesito hablar con alguien, alguien que me comprenda, que me aconseje bien, extraño a esas personas que me entendían. Una está lejos, muy, muy lejos, pero siempre presente, en mi corazón y mis recuerdos. La otra persona, sinceramente, nose, nos tenemos mutuamente abandonados. Quiero volver a ser lo que era antes, cuando no me importaba nada. Cuando estaba bien con todos, cuando una sonrisa ocupaba mi cara durante todo el día.
Extraño mi yo de antes. Me extraño a mi misma.
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